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Fiesta.

Las cosas fueron llevadas de la mejor manera, al pasar los días no solo su panza se estaba desarrollando cada vez más, lo que le llenaba de nervios, sino que también los pequeños que habían traído del pueblo tenían más confianza para pasear en el palacio, decir algo o pedirlo.

Jimin notó como Bohyun y Haesun ganaron algo de peso, sus mejillas también tenían más color y eso lo llenaba de felicidad. Pues sabía que eso significaba que los niños estaban sanos. Otra cosa que también avanzó fue su relación con el alfa, Park sentía que cada vez ganaba más confianza con él que antes, ahora sus ataques de ira solo le daban diversión.

Jungkook les gritaba, amenazaba o parecía que iba a golpear a los demás cada vez que lo hacían enojar, sin embargo, Jimin sabía que las cosas no pasarían de eso y nunca le haría daño, al menos a su persona. Los amigos del rubio también le cuidaban, desde que se enteraron de su "estado" lo fueron aún más. Se había hecho cercano a Jin, a quien ayudó a declararse al alfa pelirrojo y mano derecha del rey, el pobre de Taehyung se desmayó cuando pasó, no sin antes ponerse del color de su cabello.

El alfa rubio solo se rió con ganas cuando lo supo diciendo que ya era hora de que Jin dejara de babear cada vez que miraba a Taehyung pasar por su lado. Jimin no pudo no darle la razón, pero aún con todas esas cosas lindas y divertidas que estaba viviendo el pelinegro tenía que lidiar con algunos problemitas, cambios de humor, algunos vómitos o antojos.

Ya se había leído todo aquel libro que tenía la información sobre las castas y esas cosas, ya se había hecho la idea de lo que tenía que pasar. Sin embargo, siempre estaba el pero en su mente. ¡No podía imaginar que de verdad tenía que lidiar con todos lo síntomas de un embarazo!

A veces lloraba cual cachorro sobre su cama y el único que podía calmarlo era Jungkook o los pequeños. A veces usaba al mayor como su propio consolador humano personal, lo cual era un 50/50 de bueno y malo, le encantaba sentirse superior a la hora del coito y dejar al alfa completamente exhausto, lo hacía sentir poderoso. Lo malo era que después tendría que lidiar con sus dolores, lo que provocaba más berrinches y lloriqueos.

Jimin ni siquiera se soportaba a si mismo.

Y llegando a la actualidad, estaba allí al frente de su mayor némesis, los vestidos, tenía que usar uno en una gran fiesta en donde muchos otros reinos iban a estar presentes. No era apretado y ostentoso como el primer vestido que usó, ni tampoco tendría que usar el corsé, pero aún así seguía siendo un vestido.

—¿En serio no te puedo dejar cinco minutos sin que hagas un berrinche? —preguntó el alfa algo resignado, ya no le parecía buena idea de que el menor estuviera en cinta, aunque sus pechos llenos lo compensaba mucho.

—Tú no te metas, yo no te dije que me preñaras. ¿Me escuchaste? —Jimin lo miró mal mientras que cruzaba sus brazos sobre su pecho algo abultado, solo tenía una ligera bata puesta y su ropa interior.

Era endemoniadamente atractivo, una fiera enojada y muy linda, pero Jeon sabía que no se podía dejar engañar por su linda apariencia, aunque se viera suavecito por esa pancita grande, su cuello podría ser bajado en cuestión de segundos. El rubio suspiró profundamente, miró a las sirvientas dándoles una señal para que se fueran, ellas solo asintieron levemente antes de darse la vuelta y salir por la puerta.

Jungkook se acercó lento hacia el omega, no debía de darle una señal de agresión errónea si quería tener más cachorros en el futuro. Jimin solo lo miró sin moverse de su puesto, tenía el ceño fruncido y sus brazos seguían cruzados, aún así, no se apartó de los cálidos brazos que lo rodearon.

—Jim, es solo por esta noche, ¿sí? Sabes que los otros reinos vendrán, puede que tus padres también estén allí, pero es solo por formalidad, después puedes ir a las otras reuniones pequeñas usando tus trajes —el mayor habló, haciendo sin querer que Jimin abriera los ojos completamente sorprendido.

—¿M-Mis padres? —eso era algo que Jimin nunca había pensado, en su mundo, sus padres ya no estaban con él, hacía tanto tiempo que no veía a su madre, y si no estaba sordo escuchó "padres", los dos, ¿será que su padre era una buena persona allí y vivía bien con su madre?

—¿No te lo había dicho ya? —se preguntó el rey en lugar de responder, no sabía que tan delicado esté ese tema para el omega ya que nunca mencionó nada sobre sus familiares o algo, pero el rostro de sorpresa y anhelo en él le hizo saber que quizás la situación era más delicada de lo que creyó.

—Y-Yo... —Park no supo que responder, quería ver a sus padres, pero también estaba la posibilidad de que esas personas no lo fueran, estaba en un mundo diferente, quien no le aseguraría que no iba a ver a extraños llamarlo "hijo".

—No te preocupes, cualquier cosa solo tienes que decirme, tampoco te apartes de mi lado en la fiesta —lo que menos quería Jungkook era que el menor estuviera estresado, Chiyo le había dado órdenes claras de no ponerlo ansioso con nada.

Era una de las razones por lo cual aguantó bastante jaladas de cabellos cuando el omega tenía sus cambios de humor drásticos.

—Sí, está bien —terminó cediendo, dejó que Jungkook llamara a las sirvientas para que le pusieran el vestido, le arreglaran el cabello junto al rostro con joyas y pintura.

Los niños no podían ir a esa fiesta ya que sería de puros adultos aburridos, pero eso no impidió que Jimin se despidiera de ellos con besos antes de irse, los dejó en lo que era ahora su habitación lleno de juguetes y cosas para infantes. Después solo caminó tomando del brazo al alfa por los pasillos hacia el gran salón.

Jungkook podía sentir a kilómetros la inseguridad del omega, no era bueno verlo así, menos estando en su estado, pero sólo sería esa noche, por obligación tuvo que enviar las invitaciones de la fiesta a todos los reinos vecinos que eran socios del suyo, incluso a sus padres, pero estaba casi seguro que ellos no iban a llegar, después de todo a ellos tampoco les gustaba mucho las fiestas y ya estaban libre de cualquier cargo en el palacio, lo que no hacía importante o diplomático la presencia de ellos allí.

Sin embargo, Jungkook debió saber que su suerte nunca era la mejor cuando pedía deseos, a veces se cumplían, pero solo en una pequeña minoría o era que su suerte se gastó toda en ese hermoso, pero berrinchudo omega que tenía por esposo.

Al estar bastante cerca del gran salón, Taehyung apareció ante ellos con su típica sonrisa cuadrada.

—¡Ya era hora! Es el momento justo para avisar la entrada de ambos —el pelirrojo dijo recibiendo un asentamiento del rey, entonces se volteó y empezó a caminar hacia el salón para entrar primero—. Por cierto, tus padres están presentes, Jeon.

"Puta madre"

Jungkook se maldijo internamente sin poder reclamar nada, Jimin solo lo miró con sus ojos llenos de confusión, el alfa solo le miró de reojo sintiendo su muerte cerca. No le había avisado a sus padres que Jimin estaba en cinta, porque sabía que si lo hacía iban a ir al palacio para celebrar, estúpidamente pensó que si solo los invitaba a esa fiesta no irían y solo se iban a enterar de su cachorro cuando ya naciera.

Estaba muerto, en parte.

Cuando Taehyung terminó de hablar haciendo saber su llegada a la fiesta, él menor se tensó levemente apretando el agarre que tenía en Jungkook. Caminó algo tembloroso sintiendo como si su zapatillas le quemaran los pies, pronto leves aplausos no se hicieron esperar al estar ya al frente de todos, sintió al rubio suspirar antes de que empezara hablar.

—Estoy muy agradecido con todos por estar presente esta noche, es un honor para nosotros tenerlos aquí en la grandiosa celebración de nuestro reino, espero que todos pasen una excelente velada —el alfa terminó de hablar sonando de manera monótona y Jimin no pudo evitar hacer una ligera mueca.

—Eso sonó más falso que cuando dices que "no gritas mucho" —el más bajo susurró tratando de disimular una sonrisa divertida, solo se ganó un gruñido bajo del rubio.

—Oh, sigue molestando y tu trasero sufrirá las consecuencias —Jungkook le susurró de vuelta mientras lo guio hasta el lugar principal del salón, en el que había como dos tronos en la parte más alta, uno un poco más pequeño que el otro, obviamente el suyo era el más pequeño.

—Creo que ya me he vuelto inmune a muchas cosas, Kook —Park tomó asiento con cuidado de no molestar su panza, no era tan grande como ser extremadamente cuidadoso, pero aún así lo era quizás por "instinto", aún le parecía curioso "su lado animal".

—¡Damos inicio al baile! —Jin exclamó estando al lado de los músicos dándole una leve orden para que empezaran a tocar, se veía hermoso en un vestido ligero pero elegante de color amarillo con dorado, resaltaba sus ojos y Taehyung no podía evitar mirarlo como la mejor maravilla del mundo.

Jimin por su parte estaba más concentrado en buscar entre todas las personas en la fiesta a sus padres, aún recordaba con claridad el bello cabello de color negro que heredó de ella, después de unos minutos se rindió, solo pudo suspirar de manera pesada para tratar de calmar su corazón. No puedo enviar que un pinchazo de tristeza llegara a su pecho, por un momento pensó que volvería a ver a su madre.

—¿Te encuentras bien, Jim? —la voz del alfa lo sacó de sus pensamientos, no sabía que podría estar tan triste como para hacer que Jungkook lo notase.

—Hum, no es nada —el menor murmuró pasando su mano suavemente sobre su panza hinchada, no era momento para él estar triste, pues no quería dar una mala imagen en la fiesta, era importante así que por eso siempre debía de tener una sonrisa, aunque fuera de hipocresía, sin embargo, sabía que no era la única persona que lo hacía.

Saludó lo mejor que pudo a los nobles y los otros reyes que se acercaban a ellos para saludar, les daban sus buenos deseos y hablaban sobre cosas que no le importaba mucho con Jungkook, Jimin juraba que ni al mismo alfa le importaba lo que le decían. Pero como rey tenía que aguantar hablar con esas personas a las que odiaba, también podría jurar que el sentimiento era mutuo.

Por lo que averiguó supo que el reino de Yuuei, que era el de Jungkook, era el más grande, tenía bastante guerreros fuertes y sobre todo los mortales dragones, nunca perdían una guerra, ni las han perdido, por eso fue que el reino ganó tanto territorio. Eso solo hacía que los otros reinos le tuvieran envidia y los quisieran apuñalar por la espalda, pero mientras no tuvieran una oportunidad no podrían hacer nada.

—Jungkook —Jimin llamó discretamente al alfa haciendo que este le prestara atención—. ¿Puedo salir a tomar aire un momento?

De alguna forma se sentía sofocado allí dentro, tomar un poco de aire fresco lo haría sentir mejor. Sintió como la gran capa del mayor lo envolvió, el aroma que lo rodeaba con ella le hacía sentir más seguro y tranquilo, además de cálido.

—Ve el tiempo que necesites, ojalá me pudiera escapar yo también, maldita sea, ahorita tengo que ir hablar con los bastardos de los Yang —Jungkook parecía cansado, como si se quisiera tirar por el balcón también.

Solo pudo darle un "resiste Kook", antes de salir tranquilamente hacia el balcón más cercano, el viento frío lo golpeó en el rostro con algo de fuerza y Jimin entendió la razón por la cual su esposo le puso su capa. Suspiró profundamente, llenando sus pulmones del aire frío que tenía la noche.

Estuvo concentrado en sentir el frío, no notó como alguien se acercó a él y no sintió su presencia hasta que estuvo cerca suyo.

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